lunes, 3 de diciembre de 2018

Adviento: Tiempo de Conversión y preparación para la venida del Señor.

Hoy domingo 3 de Diciembre comienza un tiempo privilegiado en la Iglesia Católica, llamado "Adviento".
Adviento - Imagen San Juan Bosco México

Para un cristiano, las fiestas anuales de "Navidad" son un recuerdo de la promesa de que Cristo vendrá con su gloria hacia nosotros, es la manifestación gloriosa de Cristo a nuestra humanidad y de ahí la invitación a la maduración de la fe y la conversión del corazón.

Sólo podemos vivir el Adviento de manera provechosa si nos esforzamos por apartarnos de nuestras realidades pecaminosas; si nuestro corazón está bien dispuesto y abierto a la acción del Espíritu y si nos preocupamos por un esmerado cumplimiento de los deberes ciudadanos y familiares en coherencia con las propias convicciones religiosas.

Madre Angélica -  Imagen Aciprensa
La espera gozosa del Señor, propia del tiempo de "Adviento", implica estar siempre atentos y vigilantes a los signos de la inminente venida del Señor para lo cual es importante discernir el momento presente y prepararnos con las mejores disposiciones para recibir,acoger a quien anhelamos, nos busca, nos comprende, nos libera, nos acoge, nos cura, nos ama, nos llena de vida, alegría luz y paz.

Dejarse cambiar es convertirse. Dejarse transformar es santidad.
                                                                                                                           Madre Angélica.

sábado, 1 de diciembre de 2018

El Sueño de María

Tuve un sueño, José. No lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del nacimiento de nuestro Hijo. Creo que sí, era acerca de esto.

La gente estaba haciendo preparativos con seis semanas de anticipación. Decoraban las casas y compraban ropa nueva. Salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos.

La Santísima Virgen María - Imagen Aciprensa
Era muy peculiar, ya que los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban con preciosos moños, y todo lo colocaban debajo de un árbol.

Sí, un árbol, José, adentro de sus casas. Esta gente estaba decorando el árbol también. Las ramas llenas de esferas y adornos, que brillaban. Había una figura en lo alto del árbol. Me parecía ver un ángel, ¡oh! era verdaderamente hermoso.

Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos, se los intercambiaban unos con otros. José: no quedó alguno para nuestro Hijo. Sabes? creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca mencionaron su Nombre.

¿No te parece extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que ni siquiera conoce?

Tuve la extraña sensación de que si nuestro Hijo hubiera estado en esa celebración, hubiese sido un intruso solamente.

Todo estaba tan hermoso, José, y todo mundo feliz; pero yo sentí enormes ganas de llorar.

Que tristeza para Jesús, no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños.

Estoy contenta porque solo fue un sueño. Pero qué terrible José, si eso hubiese sido realidad.
                                                                               
                                                                                                                         (Autor Anónimo)