Fulton J. Sheen, el célebre obispo norteamericano de la televisión, nos cuenta, hablando de la eficacia del Santo Rosario, y de la presencia de la Santísima Virgen María entre nosotros.
Conocí a un judío que durante la primera guerra mundial, se halló con cuatro soldados austriacos en una trinchera improvisada en el frente occidental. Comenzaron a llover granadas y metrallas por todos lados.
Imagen Aciprensa |
En un momento una granada cayó a su lado y mató a sus cuatro compañeros. Al terminar el primer misterio del Rosario, sintió una inspiración que le impulsaba a dejar el sitio en que se hallaba. se arrastró por el barro y las piedras, dejándose caer en una fosa. En aquel mismo momento otra granada explotó en el lugar que acababa de dejar.
Cuatro veces tuvo idéntica experiencia, y cuatro veces más salvó su vida de idéntico peligro. Prometió entonces dedicar su vida a Nuestro Señor y a su bendita Madre.
Terminó la guerra, pero aún continuaron sus padecimientos. Su familia fue quemada por Hitler. La promesa iba languideciendo y retardando su cumplimiento.
Por fin, yo mismo le bauticé y aquel soldado, que debía su vida a la Virgen, se está preparando para llegar a ser sacerdote.
(De "El primer Amor del Mundo")
No hay comentarios:
Publicar un comentario