domingo, 20 de mayo de 2018

Promesa de Jesús a sus discípulos.

Imagen Paráclito
El Señor Jesús había prometido a sus discípulos que iban a ser bautizados en el fuego del Espíritu Santo , y que la llegada del "Paráclito" (título que Jesús da al Espíritu Santo) les iba a fortalecer, quitar el miedo y guiar para ser sus testigos . La lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11, nos recuerda el momento del cumplimiento de esa promesa, donde los apóstoles, reunidos en oración reciben el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. 

Ahora cuando una nueva luz inunda su casa y conforta sus corazones encontraron la fuerza para superar los temores y anunciar hasta el final que Cristo es el Camino, la Verdad y la Vida. El Espíritu Santo nos saca de nuestra cobardía y debilidad. El lenguaje del Espíritu destruye todas las barreras, inunda de luz el corazón, suscita la fe en los hijos alejados. 

El Espíritu que recibieron los apóstoles y que es derramado sobre los creyentes de toda condición, (Joel 3,1) es fuente de vida, alegría y esperanza, depende de nosotros, dejarnos sanar y transformar por Él.

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