viernes, 8 de junio de 2018

He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres

La devoción al Sagrado Corazón de Jesús está por encima de otras devociones porque veneramos al mismo Corazón de Dios, que es todo misericordia. Fue Jesús mismo quien, solicitó a santa Margarita María de Alacoque que se estableciera la devoción a su Sacratísimo Corazón.
Sagrado Corazón de Jesús - Imagen Aciprensa

Consagremos nuestra familia al Sagrado Corazón de Jesús.
Jesús, sabemos que Tú eres misericordioso y que ofreciste tu Corazón por nosotros,
Él está coronado de espinas y por nuestros pecados.
Sabemos que Tú nos suplicas constantemente para que no nos perdamos.
Jesús, acuérdate de nosotros cuando estemos en pecado.
Por medio de tu Corazón haz que todos los hombres se amen. Que desaparezca el odio entre los hombres. Muéstranos tu amor. Todos nosotros te amamos y deseamos que Tú nos protejas con tu Corazón de Pastor y nos libres de todo pecado.
Jesús, entra en cada corazón. Llama, llama a la puerta de nuestro corazón. Sé paciente y no desistas jamás. Estamos todavía cerrados porque no hemos entendido tu amor.
Llama continuamente. Haz, oh Buen Jesús, que te abramos nuestros corazones al menos en el momento en que recordamos tu pasión sufrida por nosotros.

Corazón de Jesús, ten compasión de nosotros, hijos tuyos,que ponemos toda nuestra esperanza en Tí. Sea tu Corazón nuestro escudo contra todos los enemigos, y tu presencia, prenda segura de la paz que quieres dar a las familias que veneren tu imagen y profesamos que eres nuestro único Rey.

lunes, 4 de junio de 2018

El Cuerpo y la Sangre Santísimos de Cristo (Corpus Christi)

Corpus Christi - Imagen Aciprensa
Jesús, Tú eres Santo y más que Santo. Silenciosamente te haces presente en un pequeño y sencillo pedazo de pan. Concédenos entender con el corazón, que Tú estás vivo y que es por mí, por tí, por todos los hombres y mujeres, que te quedaste en la Hostia Divina para ser nuestro alimento. Jesús dijo: Yo soy el Pan Vivo, bajado del cielo. Si uno come de este Pan, vivirá para siempre....el que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna...permanece en Mí  y Yo en él. (Juan 6,51.54.56-58.  Dame Señor una fe viva que me haga consciente de Tu presencia real en la Hostia Consagrada. Solo los presbíteros válidamente ordenados pueden presidir la Eucaristía y consagrar el pan y el vino que se convierten en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

Por la consagración se realiza la transubstanciación del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bajo las especies consagradas del pan y del vino, Cristo mismo, vivo y glorioso , está presente de manera verdadera, real y substancial , con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su divinidad.

La Iglesia recomienda vivamente a los fieles que reciban la Sagrada comunión cuando participan en la celebración de la Eucaristía; y les impone la obligación de hacerlo al menos una vez en el año. El que quiere recibir a Cristo en la Comunión Eucarística debe estar en estado de gracia.

Cristo que pasó de este mundo al Padre, nos da en la Eucaristía la prenda de la gloria que tendremos junto a Él: la participación en el Santo Sacrificio nos identifica con su corazón , sostiene nuestras fuerzas a lo largo del peregrinar de esta vida, nos hace desear la vida eterna y nos une ya desde ahora a la iglesia del cielo, a la Santísima Virgen María y a todos los santos.

La Sagrada Eucaristía no es un símbolo es la presencia real de Cristo.