Padre Pío - Imagen La Santa Sede Vatican |
En 1946, un sacerdote muy amigo del santo le preguntó: "Parece que sumerced sufre dolores muy intensos durante la celebración de la Sagrada Eucaristía". La respuesta del Padre Pío fue: "Así es". Su amigo continuó: "Parece que durante la Santa Misa sumerced va volviendo a vivir lo que Jesús sufrió en su santísima Pasión". El santo volvió a responder: "Así es". Luego agarrándose la cabeza con ambas manos, exclamó: "A, si yo de estudiante hubiera comprendido la grandiosidad de lo que es una Santa Misa, jamás me hubiera atrevido a ser ordenado sacerdote, ni a empezar a celebrar misa. Y me habría ido a un desierto a hacer penitencia".
A un seminarista que le preguntaba si la noche anterior a la celebración de su primera misa había podido dormir bien, le respondió: "¿Y cómo iba a dormir si mi corazón estallaba de alegría ante el honor tan inmenso de poder celebrar la Sagrada Eucaristía?".
"El hombre debería temblar, el mundo debería vibrar, el cielo entero debería conmoverse profundamente cuando el Hijo de Dios aparece sobre el altar en manos del sacerdote".
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