domingo, 20 de noviembre de 2016

Jesucristo Rey del Universo

Salmo 47
Al Rey de todas las naciones. Llega el Señor al final de los tiempos para empezar su reino.

Aplaudan, pueblos todos,
aclamen a Dios con voces de alegría
pues el Señor, el Altísimo, es terrible,
es un gran Rey en toda la tierra.
Imagen Aciprensa
Él somete a los naciones
y las pone a nuestros pies.
Eligió para nosotros nuestra herencia,
colmó de gloria a su pueblo amado.

Dios sube entre voces alegres,
el Señor llega al sonido de trompetas.
Canten, canten a Dios;
entonen salmos a Nuestro Rey.

Porque Él es Rey de toda la tierra,
cántenle  un himno.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su Santo Trono.

"Jesús reina en las almas que viven en gracia de Dios" (San Juan Bosco)

sábado, 5 de noviembre de 2016

Quedó mudo por no creerle a Dios

Los padres de San Juan Bautista, Zacarías e Isabel eran descendientes de una familia de sacerdotes; personas realmente buenas a los ojos de Dios. Vivían de acuerdo a todos los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos porque Isabel no podía tener familia, y ambos eran ya de avanzada edad. Zacarías había deseado un hijo pero ya no lo esperaba. Se le apareció el ángel Gabriel y le dijo: "No temas Zacarías porque tu oración ha sido escuchada, y tu esposa Isabel te dará un hijo al que llamarás Juan". Grande  será tu felicidad, y muchos se alegrarán con su nacimiento, porque tu hijo ha de ser grande ante el Señor. no beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Hará que muchos hijos de Israel  vuelvan al Señor, su Dios.

Santos Zacarías e Isabel. Imagen Aciprensa
Zacarías dijo al ángel: "¿Cómo puedo creer esto? Yo ya soy viejo y mi esposa también," El ángel contestó: "Y yo soy Gabriel, el que está delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y comunicarte esta buena noticia, pero tú no has creído en mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Por esto, quedarás mudo hasta el día en que se realice todo esto que te he dicho. Cuando a Isabel le llegó el día, dio a luz un hijo. Querían ponerle por nombre Zacarías, pero la madre dijo: "No, se llamará Juan" Zacarías, como estaba mudo, pidió una tablilla y escribió: "Su nombre es Juan", por lo que todos quedaron extrañados. En ese mismo instante se le soltó la lengua y sus primeras palabras fueron para alabar a Dios.

Así comienza la Buena Nueva en un rincón del mundo, con una pareja de ancianos que no tuvieron hijos, porque no hay nada imposible para Dios, y lo primero que debemos hacer es creer en sus promesas.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

El Señor es dueño de la vida y de la muerte

Cementerio de Guadalupe, Santander, Colombia. Foto Jucarob
El dos de Noviembre celebra la Iglesia Católica el día de los difuntos. En los hogares cristianos es costumbre visitar las tumbas y asistir a la Sagrada Eucaristía para alabar a Dios por los seres queridos quienes han sido llamados de esta vida al gozo eterno del cielo, y también para suplicar al Señor otorgue a los fieles difuntos el descanso eterno.

Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque estén seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

La iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados (Catecismo de la Iglesia Católica 1030).

"No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestra plegarias por ellos". San Juan Crisóstomo.

martes, 1 de noviembre de 2016

"Sed santos, porque Yo el Señor, vuestro Dios, soy Santo" (Levítico 19,2)

Imagen Aciprensa
El primero de Noviembre es el día de todos los santos. Decía San Agustín: "Dios que no contó contigo para crearte, que lo hizo cuando quiso y como quiso, no te salvará, ni te santificará sino cuando tú quieras y como tú quieras". Y así es: Todo el que se salva es porque quiere.....; todo el que peca y todo el que se condena,  es porque también lo quiere así. Por lo mismo, todo el que se hace santo, es porque se empeña en ello.

Son muchos los santos que hoy celebran la victoria en el cielo. Lo contemplan, gozan alaban y bendicen a su Creador por Siempre; porque buscaron la santidad, amaron hasta el extremo a Jesús, cumplieron todos sus mandatos. No desperdiciaron ni inutilizaron las gracias que el Señor les dio. Todas hallaron siempre eco en su corazón, y por eso produjeron en su alma el ciento o el mil por uno. La semilla es siempre la misma. Esa misma es la que el Señor nos da. La diferencia pues, está en la tierra donde cae.

No hay cielo sin santidad. ¿Cuál es tu meta?