Los padres de San Juan Bautista, Zacarías e Isabel eran descendientes de una familia de sacerdotes; personas realmente buenas a los ojos de Dios. Vivían de acuerdo a todos los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos porque Isabel no podía tener familia, y ambos eran ya de avanzada edad. Zacarías había deseado un hijo pero ya no lo esperaba. Se le apareció el ángel Gabriel y le dijo: "No temas Zacarías porque tu oración ha sido escuchada, y tu esposa Isabel te dará un hijo al que llamarás Juan". Grande será tu felicidad, y muchos se alegrarán con su nacimiento, porque tu hijo ha de ser grande ante el Señor. no beberá vino ni licor, y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Hará que muchos hijos de Israel vuelvan al Señor, su Dios.
Santos Zacarías e Isabel. Imagen Aciprensa |
Zacarías dijo al ángel: "¿Cómo puedo creer esto? Yo ya soy viejo y mi esposa también," El ángel contestó: "Y yo soy Gabriel, el que está delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y comunicarte esta buena noticia, pero tú no has creído en mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Por esto, quedarás mudo hasta el día en que se realice todo esto que te he dicho. Cuando a Isabel le llegó el día, dio a luz un hijo. Querían ponerle por nombre Zacarías, pero la madre dijo: "No, se llamará Juan" Zacarías, como estaba mudo, pidió una tablilla y escribió: "Su nombre es Juan", por lo que todos quedaron extrañados. En ese mismo instante se le soltó la lengua y sus primeras palabras fueron para alabar a Dios.
Así comienza la Buena Nueva en un rincón del mundo, con una pareja de ancianos que no tuvieron hijos, porque no hay nada imposible para Dios, y lo primero que debemos hacer es creer en sus promesas.
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