Cementerio de Guadalupe, Santander, Colombia. Foto Jucarob |
Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque estén seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.
La iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados (Catecismo de la Iglesia Católica 1030).
"No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestra plegarias por ellos". San Juan Crisóstomo.
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