miércoles, 2 de noviembre de 2016

El Señor es dueño de la vida y de la muerte

Cementerio de Guadalupe, Santander, Colombia. Foto Jucarob
El dos de Noviembre celebra la Iglesia Católica el día de los difuntos. En los hogares cristianos es costumbre visitar las tumbas y asistir a la Sagrada Eucaristía para alabar a Dios por los seres queridos quienes han sido llamados de esta vida al gozo eterno del cielo, y también para suplicar al Señor otorgue a los fieles difuntos el descanso eterno.

Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque estén seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

La iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados (Catecismo de la Iglesia Católica 1030).

"No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestra plegarias por ellos". San Juan Crisóstomo.

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