jueves, 31 de agosto de 2017

Consagración de la familia al Corazón Inmaculado de María

¡Oh Virgen María! A tu Corazón Inmaculado consagramos hoy nuestro hogar y todos los que lo habitan.
Virgen María - Imagen Aciprensa

Que nuestra casa sea, como la de Nazaret, morada de paz y de felicidad por el cumplimiento de la voluntad de Dios, por la práctica de la caridad y por el perfecto abandono a la Divina Providencia.

Vela sobre cuantos la habitan; ayúdales a vivir cristianamente; cúbrelos con tu protección maternal y dígnate, Oh Bondadosa Virgen María; formar de nuevo en el cielo este hogar que en la tierra pertenece por entero a tu Corazón Inmaculado.

Así sea. Amén.

                                                                                                             Enmanuel Card, Suhard

domingo, 27 de agosto de 2017

"La búsqueda"

La leyenda de Alfonso Lara Castilla, que cuenta la vida de un águila. Un señor encontró en un valle un huevo de águila y lo llevó al gallinero. Del huevo salió un aguilucho que se arrastraba por el gallinero, con el vuelo raso y entre el estiércol.Hasta que un día el aguilucho, convertido ya en águila, reconociendo sus capacidades, salió del gallinero, consiguió abrir sus alas, volar por los cielos y alcanzar su propio lugar, la cima de la montaña.
Imagen Aciprensa

Así sucedió con Agustín, (hoy San Agustín), quien se arrastró por su propio cautiverio durante su juventud, hasta que conociendo sus capacidades, como el águila, aprendió a volar alto. Voló tan alto que se le conoce como el "Águila de Hipona".

Como le pasó al águila en el gallinero, y a Agustín en su juventud, pasa con ciertos jóvenes con espíritu de dependencia, de conformismo, de mediocridad, en una actitud de espera, que se ven presos y arrastrados, sin utilizar sus facultades y talentos. A veces, los jóvenes sacrifican sus ideales, por los beneficios de una engañosa y pasajera seguridad.

Muchos jóvenes desperdician y derrochan todos los dones que les fueron otorgados y aún así creen estar viviendo; trabajan, gozan, sufren, intentan amar, pero no luchan por la vida, solo vegetan y se sienten vacíos. Por eso, hemos de preguntarnos: ¿Quién soy yo? ¿Cuál es mi naturaleza? ¿Por qué he tenido miedo de enfrentarme a la vida? ¿Por qué me he dejado arrastrar hasta llegar a ser un mediocre?

¿Por qué vuelo bajo como una gallina y no alto como un águila?

Es por el autoconocimiento que el joven puede tomar conciencia de sus facultades y volar alto.

lunes, 7 de agosto de 2017

Cayetano, vente conmigo que mi Hijo te espera.

San Cayetano nació en Vicenza, (Italia). Era de familia muy rica y se desprendió de todos sus bienes y los repartió entre los pobres. Obtuvo dos doctorados: distinguiéndose en Teología y doctorándose en derecho civil y canónico.

A los 33 años fue ordenado sacerdote. El respeto que tenía por la Santa Misa era tan grande, que entre su ordenación sacerdotal y su primera misa pasaron tres meses, tiempo que dedicó a prepararse lo mejor posible a la santa celebración. Vivió no solo como un santo venerable, sino como un ejemplo de vida cristiana.

San Cayetano. Imagen Aciprensa
Sentía un inmenso amor por Nuestro Señor Jesucristo, y lo adoraba especialmente en la Sagrada Hostia en la Eucaristía y recordando la santa infancia de Jesús. Su imagen preferida era la del Divino Niño Jesús y por eso en los cuadros e imágenes, lo lleva en sus brazos.

Amaba muchísimo al Niño Jesús y por los méritos de su infancia le pedía los favores que necesitaba.


Fundó la comunidad de los Padres Teatinos para que se dedicaran a llevar una vida lo más santa posible y a enfervorizar a los fieles.

Un día en la casa de San Cayetano no había nada para comer porque había repartido todos sus bienes entre los pobres. San Cayetano se fue al altar y dando unos golpecitos en la puerta del Sagrario donde estaban las Santas Hostias, le dijo con toda confianza: "Jesús amado, te recuerdo que no tenemos hoy nada para comer". Al poco rato llegaron unas mulas trayendo muy buena cantidad de provisiones, y los arrieros no quisieron decir de dónde las enviaban.

Una extraña enfermedad lo obligó a recostarse en la cama. El Santo pidió los sacramentos para poder morir en paz. Lloró por sus pecados, besó por última vez la imagen de Cristo en la cruz y antes de cerrar sus ojos para siempre, la Virgen María, de quien fue un gran devoto, le dijo llena de dulzura: Cayetano, vente conmigo que mi Hijo te espera.


Glorioso protector mio San Cayetano; alcanzadnos de esta bondadosa Madre que la invoquemos en todos los instantes de nuestra vida y de este modo Ella nos asista ahora y en la hora de nuestra muerte.

sábado, 5 de agosto de 2017

"El Santo Cura de Ars. Un modelo de Piedad.

San Juan María Vianney conocido y amado como "el Santo Cura de Ars" llegó a la villa insignificante de Ars un pueblito francés en donde ejerció el ministerio sacerdotal. No le fue sencillo ser ordenado sacerdote por su escasa facilidad para la formación académica, hasta el punto que sus profesores, desanimados, desistieron de preguntarle. Uno de ellos dijo al Vicario General: "¡Lástima!, porque es un modelo de piedad". Exclamó éste pues bien , yo lo llamo y la gracia de Dios hará el resto". En 1815 recibió la Ordenación Sacerdotal, pero no la facultad de confesar porque no lo consideraron idóneo para dirigir las conciencias. ¿Quién se iba a imaginar que Juan María Vianney llegaría a ser uno de los más famosos confesores que la historia recuerde?. Es uno de esos hombres a quienes se aplican muy bien las palabras de San Pablo: "Dios ha escogido a los más insignificantes para confundir a los grandes".

Santo cura de Ars - imagen Aciprensa
Cuando el Santo Cura llegó a Ars, alguien le dijo con amargura. "Aquí no hay nada que hacer", y el santo le replicó: "¡Por tanto hay mucho por hacer!" E inmediatamente comenzó a actuar. ¿Qué fue lo que hizo? se levantaba a las dos de la mañana y se iba a orar cerca del altar en la iglesia obscura: Recitaba el Oficio Divino, meditaba y se preparaba para la santa Misa. Siempre oraba arrodillado y con el Rosario entre sus dedos. Después del Santo Sacrificio de la misa, hacía su acción de gracias y  permanecía en oración hasta el medio día.

Jesús Eucaristía y la Santísima Virgen María, atrajeron poco a poco almas a esa pobre parroquia, hasta el punto de que la iglesia no parecía bastante grande para contener la multitud, y el confesionario del Santo Cura se vió inundado con hileras interminables de penitentes, y se vió obligado a escuchar confesiones por 10, 15 y hasta 18 horas diarias. Esta había sido una iglesia pobre, con un altar sin usarse por mucho tiempo, un Tabernáculo vacío, un confesionario anticuado y un sacerdote de poco talento, sin medios para hacer nada.

¿Cómo pudieron sufrir estas cosas un cambio tan asombroso en la villita de Ars? ¡Gracias a María que nos regala a Jesús cada día en la Sagrada Eucaristía!


Rosario y Eucaristía son los amores del alma mía .....¿Y de la tuya?


                                                                                             Santo Cura de Ars.