domingo, 25 de marzo de 2018

Cuando el Señor entró en el mundo.

La gran Solemnidad de la Anunciación del Señor, nos lleva al momento en el que el Arcángel Gabriel le anuncia a la Virgen María el proyecto de Dios y pide su consentimiento.

El Ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre  y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo". (Lc 1,26-38)

La Anunciación - Aciprensa
La Virgen María dijo: "Si" aun cuando no conocía las respuestas y no tenia claro lo que se venía para ella (ser repudiada por San José y luego ser desplazada de Egipto para proteger su vida, miedo al  desprecio de la sociedad al quedar en embarazo sin estar casada y sin poder demostrar quién era el padre).

Desde ese "Fíat" (Sí), la fe de María recibe una luz nueva; se concentra en Jesús, el Hijo de Dios que de Ella ha tomado carne y en quien se cumplen las promesas de la historia de la salvación.. También en ese momento, el misterio de amor y misericordia prometido al género humano miles de años atrás, predicho por tantos profetas y deseado por tantos santos, se realizó sobre la tierra.

Podemos aprender varias cosas de este episodio en la vida del Señor:
l) Dios tiene un plan de salvación para cada uno de nosotros, pero no nos obliga a seguirlo, es elección nuestra. Si nos oponemos o lo ignoramos, no significa que Él nos olvidó, sino que no quisimos escucharlo.
2) No exigirle grandes signos para creer en Él, Dios actúa desde la humildad y el silencio.
3) Para Dios no hay nada imposible (hizo fértil a Santa Isabel y engendró en una Virgen).



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