viernes, 30 de marzo de 2018

No hay amor superior a dar la vida por los amigos.

La muerte de Jesús en la cruz ha llegado al colmo del amor al Padre y a su iglesia: "Cristo se entrega al Padre para ofrecer la salvación al mundo, un amor que busca abrazar a todos en todo tiempo y lugar: una fuente inagotable de salvación a la cual cada uno de nosotros, pecadores, puede acceder. Cristo amó su Iglesia y se entregó a sí mismo para santificarla en la palabra, mediante el bautismo de agua" (Efesios 5,25-26)

Nos cuesta creer que hemos sido salvados por Jesús. Nuestro Redentor vino al mundo para pagar la pena que por nuestras culpas merecimos. Él pagó por nosotros con su muerte y con su sangre. Por eso nos anima el Apóstol: "Si la sangre de los animales borraba para los judíos las manchas contraídas, ¿cuánto más la sangre de Jesús, ofrenda Inmaculada, limpiará nuestras conciencias de las faltas cometidas. (Hb. 9,13) La cruz es muerte, pero su significado en Cristo es el  amor.Nos entrega todo: sana perdona, libera, cura, purifica,salva, transforma, y ora por nosotros rogando: "Padre perdónales porque no saben lo que hacen.

Muerte de Jesús - Imagen Aciprensa

¿Cómo pagar tan grande amor? La respuesta nos la da el mismo Jesús en (Juan 14,26) "Si alguno me ama, guardará mis palabras y mi Padre lo amará y vendremos a él y en él tendremos morada. El abogado, el Espíritu Santo que el Padre enviará en mi nombre, ese os enseñará todo y os traerá en memoria todo lo que yo os he dicho".



Contemplemos el Árbol de la Cruz, donde estuvo clavada la Salvación del Mundo y arrepentidos acerquémonos al sacramento de la Reconciliación, para quedar totalmente limpio y salvado.

Cristo reo de muerte por amor a ti, a mi, a todo el que crea en Él, y quiera salvarse. 

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