La Santa misa es una renovación incesante del sacrificio del Viernes Santo; un diluvio de gracia que parte de la Cruz; un Gólgota siempre presente: Jesús, que se sacrifica incesantemente en medio de nosotros. Demasiados cristianos, asistimos a la Santa Misa como a una simple plegaria dominical, sin darnos cuenta que es fuente de vida,inmolación perenne de una Víctima Divina , aunque de manera incruenta, para los pecados y maldades de los hombres de todos los tiempos y de todos los lugares. A cada momento del día y de la noche, se alza de la tierra al cielo una Hostia, con las apariencias de pan, un Cáliz, con el contenido aparente de vino, ¡Verdadero misterio de Fe! No son más que el Cuerpo y la Sangre de Cristo que el sacerdote ofrece por la salvación del mundo.
La Misa de Paulo III Farnesio |
¿Asistes a la Santa Misa con las mismas disposiciones con las que la Virgen Santísima estaba en el calvario, tratándose de la presencia de un mismo Dios y de la consumación de igual sacrificio?
Se cuenta de un hombre que no sabía leer, y no obstante, acostumbraba llevar siempre a misa un cuaderno con páginas de distinto color: negras, rojas y doradas. Le preguntaron de qué le servía aquel librito, y contestó: "Al principio de la misa miro una página toda negra, que me recuerda mis pecados, y procuro arrepentirme de ellos hasta el ofertorio. Después cuando Nuestro Señor renueva el sacrificio del Calvario en la Consagración, me fijo en las páginas rojas, para acordarme de la preciosísima misericordiosamente derramada. Y al acercarse la comunión, miro las letras doradas que me hacen pensar en la felicidad de recibir a Nuestro Señor y en el gozo de estar con Él para siempre en el cielo".
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