San Agustín de Mateo Cerezo |
Así lo entendió San Agustín; tomó la Sagrada Biblia, donde resultó abrir la Carta a los Romanos 13,13. "Comportémonos con decencia, como se hace de día; nada de banquetes y borracheras, nada de prostitución y vicios, nada de pleitos y envidias. Mas bien revístanse del Señor Jesucristo, y no se dejen arrastrar por la carne para satisfacer sus deseos". Estas frases conmovieron totalmente mi alma. Se había obrado mi conversión.
El deseo de Dios está inscrito en el corazón de los hombres, nos persigue para salvarnos y no quiere que nos perdamos. Por eso busquen a Jesús mientra puedan. ¿Hasta cuándo seguirás diciendo: Mañana, mañana, mañana? ¿Por qué no ahora? ¿ Hacia dónde te quieres dirigir cuando tu vida llegue a su fin?
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